¿Y si fuéramos viejos?

         Una persona promedio vive toda su vida intentando ser lo mas útil y productivos para poder llegar a una situación económica acomodada, pero poco nos ponemos a pensar ¿que pasará cuando ya no pueda trabajar más?, mucha gente describe la vejez como la edad o el tiempo perfecto para descansar y hacer todas aquellas actividades que no se hicieron en la juventud, por razones como la labor de criar hijos o la de desarrollar la carrera seleccionada. pero esto no es tan utópico ya que por diferentes razónes la mayor parte de la gente se lamenta el haber llegado a esa edad.

       ¿De qué nos lamentamos tanto?

       Las personas cuando llegan a la vejez reflexionan y no se lamentan de lo que hicieron si no, de lo que no hicieron, ya que todas las actividades se postergan a otro momento ya que socialmente nos obligan a pensar de que debemos ser lo más productivamente posible y cuando llegamos a la vejez no tenemos energía para realizar las actividades que tanto queríamos hacer, por ejemplo: los jóvenes tienen energía y tiempo, pero no tienen dinero, los adultos tienen dinero y energía pero no tienen tiempo y la tercera edad tienen dinero(en el major de los casos) y tiempo (de sobra) pero carecen de energía. en este ultimo ejemplo se ve como la sociedad nunca nos dejara hacer lo que queramos.

      Esta no es la única razón por que la vejez tienen un gran peso por dentro ya que tambien se crea una rupture ya que despues de pasar una vida entera trabajando y sintiendose útil, pasar a una edad en la que todos quieren que no hagas nada, las empresas no te quieren adentro de ellas ya que prefieren personas mas jóvenes y por ende con más energía y AHÍ esta la contradicción de las empresas ya que quieren personas jóvenes pero las quieren con experiencia. Una persona de tercera edad siente toda la preción ya que su cerebro le pide ser útil y por su edad nadie lo require. pero en este punto hay personas que consiguen trabajos con baja remuneración o comienzan a ayudar en la casa para sentirse levemente utiles.

Carlos Sulbaran