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Ética del hacker, resumen de capítulo uno.

La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. (Pekka Himanen)

Este libro fue escrito por los sociólogos Pekka Himanen y Manuel Castells en colaboración con el ingeniero informático Linus Torvalds, publicado en 2001.

El autor comienza definiendo lo que son hackers ‘‘personas que se dedican a programar de forma entusiasta y creen que poner en común la información constituye un extraordinario bien, y que además para ellos es un deber de naturaleza ética compartir su competencia y pericia elaborando software gratuito y facilitando el acceso a la información y a los recursos de computación siempre que ello sea posible. ’’ Esta definición a su vez representa la ética del hacker.
En el diccionario de argot, el jargon file, define al hacker como un experto o entusiasta de cualquier tipo, desde esta perspectiva, la ética hacker desafía la ética protestante del trabajo (véase por ética protestante, también llamada la ética del trabajo, es un código moral basado en los principios de austeridad, disciplina, trabajo duro, y el individualismo.) En el libro el término ‘‘ética hacker’’ se analiza desde un punto de vista más allá de los ordenadores.

1.     La ética hacker supone un reto para cada uno de nosotros.

2.      La ética hacker del dinero es un componente fundamental de la ética protestante. Esto se puede definir como el poder económico que representa la información para los hackers.

3.      El tercer escenario importante, es la ética de la red o netica, que el autor refiere a la libertad de expresión en la red.
Prologo

 ¿Por qué el hacker es cómo es? La ley de Linus.

La ley de Linus agrupa las motivaciones en tres categorías, las cuales define como un proceso de evolución, estás son: supervivencia, vida social y entretenimiento. Al término supervivencia el autor le da una definición subjetiva de fuerza motivadora, a partir de aquí Torvalds desglosa en otras fuerzas motivadoras como la vida social (y plantea de ejemplo a Romeo y Julieta de Shakespeare) y el entretenimiento (como las artes y otros). Plantea que el dinero no es una motivación sino el trueque para conseguir lo que verdaderamente nos interesa. La ley de Linus no trata de explicar las motivaciones sino más bien el proceso evolutivo de estás. El autor al final plantea un análisis que me resulta interesante, la guerra comenzó como supervivencia y terminará  en entretenimiento.
El autor aplica todo el concepto a los Hackers, quienes superan la etapa de supervivencia ‘‘ganándose el pan’’ con el ordenador y a su vez pasan a la etapa de vida social pues, se comunican a través de correo e Internet, y para quienes el ordenador (las funciones de este) representa un entretenimiento.
Los hackers creen que no hay mayor motivación que el interés y el entretenimiento que representa la plataforma Linux y este concepto ejerce un poderío a un dominio que va más allá de Linux.

Capítulo 1

La Ética Hacker del Trabajo.

Se trata de un espíritu general: los hackers programan porque  para ellos los desafíos de la programación tienen un interés intrínseco. Los problemas relacionados con la programación despiertan una curiosidad genuina en el hacker y suscitan su deseo de continuar aprendiendo.

Algunos hackers importantes reflejan lo gozoso que es su trabajo en actitudes peculiares, me pareció interesante algunas de estas: A veces esta alegría se muestra también en la propia persona del hacker. Es el caso de Sandy Lerner, conocida no sólo por ser una de las hackers creadoras de los direccionadores de Internet, sino también por montar desnuda a caballo. Richard Stallman, el gurú hacker de barba y cabellos largos, asiste a las reuniones sobre ordenadores con una toga y exorciza los programas comerciales de las máquinas que le traen sus seguidores. A Eric Raymond, un conocido defensor de la cultura hacker, también se le conoce por su lúdico estilo de vida: aficionado a los juegos de rol, deambula por las calles de su Pennsylvania natal y por los bosques de los alrededores vestidos como un sabio de la Antigüedad, un senador romano o un caballero del siglo XVII.

El autor hace hincapié en que esta actitud apasionada de los hackers en realidad se encuentra en muchas áreas del saber y no necesariamente es dirigida al software. Los hackers por tanto representan un excelente ejemplo de la ética de trabajo. Más adelante el autor hace mención al célebre ensayo de Max Weber donde este define la ética protestante de trabajo: ‘‘Se trata de una obligación que el individuo se supone debe sentir y siente hacia el contenido de su actividad profesional, con independencia de en qué consista, en particular sin que importe si parece una utilización de sus facultades personales o sólo de sus posesiones materiales (como capital). No sólo es un sentido de la responsabilidad absolutamente indispensable, sino en general también una actitud que, al menos durante los horarios laborales, escapa de los cálculos continuos sobre cómo ganar el salario habitual con un máximo de confort y un mínimo de esfuerzo. El trabajo debe, al contrario, realizarse como si fuera un fin absoluto en sí mismo, una vocación. ’’

Las tres actitudes de la ética protestante del trabajo son por tanto: considerarlo como un fin mismo, llevarlo a cabo porque es un deber y realizarlo lo mejor posible. Ética que contrasta con la filosofía de Weber de que la ética hacker se halla en academia mientras que la ética protestante se halla en el monasterio. La ética protestante está presente invariablemente de la fe o etnia de la persona, hacer del trabajo, lo más importante en la vida del ser, es una característica de esta ética.

Desde un punto de vista histórico el autor habla de que la ética protestante aún predomina, al igual que el capitalismo, simplemente es un nuevo tipo de ética, a pesar de que se piensa que la tecnología harán que  la vida esté menos centradas en el trabajo, desde un punto de vista empírico es y será el núcleo de la vida del ser humano. El autor describe que la naturaleza del hacker se trata de un espíritu alternativo que busca escapar de esa jaula de acero y que esto convierte a los Hackers, en Crackers.

La vida apasionada.


En el mismo capítulo el autor hace un contraste importante entre la ética hacker y el trabajo, y dice que para los hackers su trabajo es más bien una afición seria, y que no todo es gozo pero son capaces de realizar las tareas que menos les apasionen con tal de ver el resultado final. Aquí el autor enlaza la pasión con las tareas que son tediosas pero no por ello menos necesarias. 

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