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Los hackers de la igualdad civil.

Muhammad Ali y Malcolm X.
Pekka Himanen en su libro ¨La ética del hacker¨ (2001), define a los hackers como personas que realizan su labor utilizando la pasión como su principal fuente de motivación. Estas personas no necesitan de un sueldo para seguir haciendo su trabajo.


Himanen explica que para ser un hacker, o más bien para comportarse como uno, no es necesario tener un vasto conocimiento sobre software, informática o computadores. Tener la ética de un hacker significa hacer lo que te apasiona teniendo como norte o destino final estar satisfecho con las actividades realizadas y que el dinero sea secundario a todo lo que hacemos. Con frecuencia encontramos personas con estas cualidades en periodistas, activistas sociales y religiosos, artistas y deportistas, son personas cuya principal motivación no son los bienes monetarios o materiales. En primer lugar, se movilizan por su deseo de ver un cambio en la sociedad, por sacar a luz verdades ocultas, por brindar a las personas una fuente de entretenimiento y por ser reconocidos como los mejores en su área.


Trascender épocas y sociedades es la prioridad de un hacker, un claro ejemplo de personas con la ética de un hacker es observable en Malcolm X y el Dr. Martin Luther King, ambos activistas sociales afroamericanos cuya principal motivación nunca fue el dinero, se preocuparon por ganar los derechos de la población negra en los Estados Unidos sin importar las consecuencias. A pesar de que ambos tuvieron enfoques distintos para alcanzar sus metas, contribuyeron inmensamente a la desaparición de la segregación racial en Estados Unidos y luego el mundo.


Los esfuerzos de estas dos personalidades son reconocidos alrededor del mundo como actos de gran valor social, de hecho se les otorgó el título de padres de los derechos civiles afroamericanos. Sus acciones e ideologías les costaron la vida, los dos fueron asesinados, pero aun sabiendo que esta era una posibilidad continuaron su labor por el bien común.


Otro ejemplo clásico es el de Cassius Marcellus Clay, Jr. Mejor conocido como el gran boxeador Muhammad Ali. Esta gran figura trascendió no sólo en la disciplina del boxeo hasta el punto de ser reconocido como el mejor boxeador de todos los tiempos, también es reconocido como uno de los activistas afroamericanos más importantes de su época.


Sus opiniones e ideas políticas, religiosas y morales constantemente colisionaron con su carrera de boxeador, costándole peleas y consecuentemente dinero. Sin embargo, Ali sentía que su llamado no era ser un simple boxeador, no quería que su impacto en las mentes de los americanos estuviera limitado a los 36 minutos que duraba esquivando y conectando trompadas en el ring. Por esta razón Ali se esforzó toda su carrera por encontrar un balance entre sus dos grandes pasiones, el bienestar de su raza y el boxeo, utilizando la plataforma y el espacio que ganó en el boxeo para esparcir sus ideales en la mente del pueblo norteamericano.


A lo largo del tiempo Ali ha inspirado a innumerables atletas a usar su fama como medio para protestar y sacar a luz problemas sociales. Algunos de ellos son Bill Russell, Wilt Chamberlain, Oscar Robertson, LeBron James y Colin Kaepernick. Todos, siguiendo el ejemplo de Ali han utilizado sus espacios para protestar por un bien mayor aún si su ideología les cuesta sus carreras.

Eduardo Merán.

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